Aquella Virgen que se apareció un 13 de mayo de 1.917 en Cova de Iria (Portugal) a tres jóvenes pastorcillos peregrina por España por los año 50 y pasa por nuestro pueblo durante el mes de julio, era y es la Virgen de Fátima.
Para festejar la llegada de la Virgen de Fátima, el pueblo se vistió de gala, tanto adornos y agasajos fueron varios: banderitas de papel que portaban tanto las personas mayores y niños y que agitaban al paso de la Virgen. Había también pequeños altares, adornos en balcones y ventanas, guirnaldas de papel, colgaduras de colchas y sábanas bordadas, visillos, manteles, mantones y banderas engalanaban las fachadas. Iluminación extraordinaria, que lució el pueblo durante la noche que pernoctó la Virgen.
Se cree que durante la llegada de la Virgen de Fátima a la localidad, a media mañana, se produjo un milagro. La Virgen de Fátima venía rodeada de palomas blancas, que al llegar a la entrada del Pueblo (hoy E.S. Cerro de los Angeles), hicieron un alto, posándose una de las palomas en un pequeño chaparro. Con el paso de los años, el chaparro se convirtió en una hermosa encina, que según los lugareños es milagrosa, ya que una de sus ramas (según los que conocieron la encina, en la que la paloma se posó) da bellotas con una característica muy peculiar, el manto o figura de la Virgen.